Sólo es recomendable intervenir en caso de detectar un gran riesgo para su subsistencia, como podría ser la detección de heridas o fracturas (es importante no confundir “animal herido” con “fácil de capturar”). En este caso, primero deberíamos distinguir de qué pájaro se trata. Si tenemos dudas, podemos acercarnos a un veterinario o a una tienda especializada cercana, donde nos orienten sobre lo que debemos hacer, o bien llamar a alguno de los múltiples centros de recuperación de fauna salvaje (CRFS) que existen.
Si se trata de una especie protegida, tenemos que avisar lo antes posible al cuerpo de agentes rurales para que pasen a recogerlo para su posterior rehabilitación si está herido, o para su cuidado y alimentación hasta que pueda ser reinsertado en la naturaleza.
![]() |
Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) recibido en el punto de información del Parc Natural del Cadí-Moixeró sin estar herido. Este juvenil debería haberse quedado allí dónde se encontraba. |
Sin embargo, si no nos queda otra opción que ser nosotros mismos los que traslademos el ejemplar al CRFS, entonces, debemos capturar el ave cubriéndolo con un trapo para que se tranquilice al no poder ver nada, y transportarlo en una caja de cartón lo suficientemente grande para que el animal no pueda dañarse, perforándola por la parte inferior para una buena ventilación y evitando al mismo tiempo su estrés al limitarle su campo de visión. Nunca pondremos un pájaro en una jaula con rejas o de tela metálica, ya que se puede romper las plumas muy fácilmente, además de sufrir mucho estrés al vernos.